Editorial
Te doy una semilla. Está en vos buscar el lugar adecuado
para repararla de toda inclemencia, de todo depredador. Está en vos la
paciencia de esperar a que la raíz teja cimientos, en tu mano el guiar su
retoño y velar por la humedad que lo alimente. Pasarán muchas estaciones,
vientos, lluvias, heladas, sequías Estará en vos la esperanza de cielo, de
verde, de sombra, de nido, de flor y de fruto.
Un árbol irá creciendo a tu lado, sabiamente, en silencio.
Dijo Kahlil
Gibran "Los árboles son poemas que la Tierra escribe en el cielo.”
Hoy transcribo aquí algunos de ellos.
Gabriela Delgado
Los clásicos
El árbol de la esperanza
Al pie nace de una cuna
El árbol de la esperanza;
Y al son del viento se mece,
Frágil cual trémula caña:
Sólo un instante por dicha
Manso el céfiro le halaga,
Que el cierzo helado lo seca,
Y el austro ardiente lo abrasa.
Crece, da vistosas flores,
Y el fruto rara vez cuaja:
Cual tierna flor del almendro,
Muere por nacer temprana.
Cuanto más alto se encumbra,
Más peligros le amenazan;
Como el cedro que descuella,
Los rayos del cielo llama.
Reposa el águila altiva
En su copa soberana;
Mientras insectos traidores
Están royendo su planta:
Hondas echa las raíces;
Lejos extiende sus ramas;
Y apenas da escasa sombra,
La Muerte su tronco tala.
Francisco Martinez de la Rosa (España)
Soneto grabado en el tronco de
un árbol
Aquel afán de ser, árbol amigo,
que me dejó grabado en tu corteza
fue tan grande y de tal naturaleza
que mientras vivas viviré contigo;
Pues hasta cuando el tiempo, su enemigo,
me haya borrado de tu fortaleza,
y estén muertas la mano y la cabeza
que me han dejado aquí, como testigo,
aquel afán de vida que me inflama
subirá con tu savia confundido
y, en un último esfuerzo de su ardor,
se asomará al temblor de cada rama,
al sagrado calor de cada nido
y al silencio feliz de cada flor.
Francisco Luis Bernárdez (Argentina)
Dice el árbol
Yo soy tu amigo y te digo:
Por favor, no me hagas daño;
mas si es necesario, sea,
pero sólo el necesario.
Estoy para darte frutos,
tal vez solamente pájaros,
sombra si la necesitas,
rumor si te gusta el cántico.
Algún día podré ser
la ventana de tu cuarto,
la mesa para tu pan,
la mecedora, tu arado,
la ayuda de tu jornal
o el lecho de tu descanso.
Cuando cantas una nana,
yo, tu cuna, estoy cantando;
a veces crujen mis ramas
para acompañar el canto.
Tal vez, si llegas a viejo
me necesites de báculo.
Puede ser que en los inviernos,
cuando haya nieve en el campo,
mis brazos les den calor
a los tuyos y a tus manos.
Y yo he de ser, aunque es triste
el tener que recordarlo,
el último compañero
que te llevará en sus brazos.
Siendo más fuerte que tú
y en completo desamparo
a los fríos del invierno
y a las llamas del verano,
si me ofendes, no te daño,
al contrario; cuántas veces
-y eso que lo diga el sándalo-,
el cuchillo que me hiere
lo devuelvo perfumado.
¿Que te hacen falta mis frutos?
Yo te los doy de buen grado.
¿Que te hacen falta mis ramas?
Corta, por tanto, mis brazos.
¿Que necesitas mi tronco?
No te apene el derribarlo.
Para tu servicio crezco
y para tu bien me abato.
A cambio, sólo te pido:
Por favor, no me hagas daño;
mas si es necesario, sea,
pero sólo el necesario.
¿Que estorbo en mi sitio? Piensa,
antes de darme el hachazo,
hasta qué punto es verdad
que puede estorbar un árbol.
¿Tienes que cortar dos ramas?
Por favor, no cortes cuatro.
Que si el daño que me haces,
cuando es por tu bien, no es daño,
y no sólo en paz lo acepto
sino con placer lo paso,
el que me haces sin causa
ese sí que me hace daño.
Yo soy tu amigo y te digo:
Por favor, no me hagas daño;
mas si es necesario, sea,
pero sólo el necesario.
Manuel Benítez Carrasco (España)
Árbol de Fuego
Son tan vivos los rubores
de tus flores, raro amigo,
que yo a tus flores les digo:
"Corazones hechos flores".
Y a pensar a veces llego:
Si este árbol labios se hiciera...
¡ah, cuánto beso naciera
de tantos labios de fuego...!
Amigo: qué lindos trajes
te ha regalado el Señor;
te prefirió con su amor
vistiendo de celajes...
Qué bueno el cielo contigo,
árbol de la tierra mía...
Con el alma te bendigo,
porque me das tu poesía...
Bajo un jardín de celajes,
al verte estuve creyendo
que ya el sol se estaba hundiendo
adentro de tus ramajes.
Alfredo Espino (El Salvador)
Poema del árbol
árbol, buen
árbol, que tras la borrasca
te erguiste en desnudez y desaliento,
sobre una gran alfombra de hojarasca
que removía indiferente el viento…
hoy he visto en
tus ramas la primera
hoja verde, mojada de rocío,
como un regalo de la primavera,
buen árbol del estío.
y en esa verde
punta
que está brotando en ti de no sé dónde,
hay algo que en silencio me pregunta
o silenciosamente me responde.
sí, buen árbol;
ya he visto como truecas
el fango en flor, y sé lo que me dices;
ya sé que con tus propias hojas secas
se han nutrido de nuevo tus raíces.
y así también un
día,
este amor que murió calladamente,
renacerá de mi melancolía
en otro amor, igual y diferente.
no; tu augurio
risueño,
tu instinto vegetal no se equivoca:
soñaré en otra almohada el mismo sueño,
y daré el mismo beso en otra boca.
y, en cordial
semejanza,
buen árbol, quizá pronto te recuerde,
cuando brote en mi vida una esperanza
que se parezca un poco a tu hoja verde…
Antonio
Machado (España)
Pluma abierta
Viene el fuego
a consumir este árbol
que crece seco entre nosotros
cierro los ojos
porque también viene el aire
a llevarse su ceniza.
Qué en la próxima estación
de luz sea el polen
de
nuevas flores.
Jonathan
Berumen (México)
21
No se entra impunemente
en la clausura del bosque.
Algún precio hay que pagar,
un peaje tal vez:
unas cuantas monedas, un jirón
de sandalia,
hasta un resto de piel
servirá como pago.
En su interior,
es un manto de nieve la penumbra
y no hay puertas que se abran
ni estrellas que nos guíen.
Podemos trajinar en lo profundo
hasta reconocer
que nos hemos perdido.
No se entra impunemente
en la clausura del bosque.
Hace falta dejar un sendero de
piedras,
algún hilo de Ariadna,
un conjunto de señas en los
troncos de pino.
Y aún corremos el riesgo de no
hallar la salida.
Osvaldo
Rossi (Argentina)
Los
árboles
Allí
están
fijos a la tierra y con los lamentos de la brisa
donde mis ojos se regocijaban con las sombras
Allí
están
con la lozanía de los veranos inolvidables
la tristeza de los otoños con ausencias
y nuestras incasables risas siempre vívidas
Mi
viejo bajo sus sombras
siempre una distinta
mate en mano
y el cigarro negro que envolvía todo como un manto
Mi
madre tendiendo sogas
las sábanas como banderas blancas al aire matutino
su voz suave y afable cantando morriñas
y el pañuelo de lunares rojos en su cabeza blanca
Allí
están
plenos
como si los años se hubieran detenido en sus ramas
grandes y fuertes como brazos de marineros en el mástil
y los ojos descubriendo puertos lejanos
Allí
están
los árboles de la vieja casa que ya no existe
como guardianes gigantes bajo un cielo que les rinde culto
Oscar Vicente
Conde (Argentina)
Cayó la hoja
Cayó la hoja.
¿Cómo encontrar su angustia,
ahora que los vientos desnudaron
el corazón del árbol?
Juan Ruiz De
Torres (España)
Tala
Hay
un árbol tendido en plena calle
mostrando
el secreto de sus raíces vencidas.
Corazón
que agoniza sin esperanza
Una
masacre de viento en su boca.
Las
manos desmayadas.
Se
escucha el último susurro de sus hojas.
Ha
sido una noche de tala,
de
furia que mutila.
Amanece
en escombros
Hay
un hombre tendido en plena calle,
ya
no tiene raíces.
Un
martirio de silencio en la boca.
Sus
manos, sucias.
El
pecho fragmentado en recuerdos.
No
hay llanto alguno en su hambre.
Ha
sido una noche de tala,
de
furia que mutila.
Amanece
en escombros
El
hombre se levanta.
El
árbol no.
Gabriela Delgado (Argentina)
Para
cada uno de ustedes va mi semilla y mi deseo de una muy feliz Navidad y un 2013
lleno de Vida.
Gabriela
También está ese clásico musical del cubano cienfueguero Eusebio Defín titulado '¿Y qué tu has hecho?' pero que todos lo conocemos con 'En el tronco de un árbol'
ResponderEliminarEn el tronco de un árbol ,una niña
grabó su nombre henchida de pasión,
y el árbol conmovido allá en su seno,
a la niña una flor dejó caer...
Yo soy el árbol,conmovido y triste,
tu eres la niña que mi tronco hirió,
yo guardo siempre tu querido nombre
y tu...¿que has hecho con mi pobre flor?
graciassss te sigo de cerca muy lino lo que he leído, gracias por compartirlo , un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarLlegue por esta vía, Gabriela, mi deseo de un gratificante 2013 para vos y tus más próximos.
ResponderEliminarRR
*
Gabriela querida, un Feliz 2013 y gracias por tomarte el trabajo de recoger para nosotros tanta belleza poética.
ResponderEliminarMe encanta cada entrega que realiza la revista. Un abrazo
Lily Chavez
Córdoba
estimada, muy feliz año, hermosas cosas para vos. un abrazo. Ida De Vincenzo.
ResponderEliminaridadevincenzo.blogspot.com