REUNIÓN DE VOCES®
Revista literaria virtual Nº 15
Editorial
¿Como empezar este editorial
sin un buen tinto malbec roble mirándome de reojo?
No tomo sola. Tomo con mis
sueños, con mis amigos, con una buena charla.
Esta llave roja abre caminos
y corazones. Encuentra esa palabra que nos falta. Nos lleva a la puerta del
compartir y disfrutar. Arracima en buenos frutos. Corteja todos los sentidos.
Hay vinos de fiesta, copa en
alto, encendiendo la vida.
Los hay amargos rastreando el
olvida, ahogando las penas.
Incluso los hay nostálgicos y
llenos de secretos.
Más allá de eso, es como
poner un sol en la boca, un verso en los ojos, un perfume en la piel.
¡Cuantos poemas se han
escrito a este poema de uva y viento!
Aquí van solo unos pocos….
Catalos….
Gabriela
Delgado
EL
VINO
Los clásicos
El
vino triste
Ese
hombre que entra al bar,
sin sombra que le ladre,
ese que pisa y pasa sin rostro
y sin señales.
Pide su trago solo,
de espaldas a la calle,
bebe su trago solo,
inmóvil, devorándose.
Paga, piensa otro trago
sin gastar ni una frase
y luego se va solo,
hacia la noche y nadie.
Ese tipo va herido,
ese tipo va herido,
y la muerte lo sabe.
sin sombra que le ladre,
ese que pisa y pasa sin rostro
y sin señales.
Pide su trago solo,
de espaldas a la calle,
bebe su trago solo,
inmóvil, devorándose.
Paga, piensa otro trago
sin gastar ni una frase
y luego se va solo,
hacia la noche y nadie.
Ese tipo va herido,
ese tipo va herido,
y la muerte lo sabe.
Armando Tejada Gómez
(Argentina)
El alma del vino
Cantó
una noche el alma del vino en las botellas:
«¡Hombre, elevo hacia ti, caro desesperado,
Desde mi vítrea cárcel y mis lacres bermejos,
Un cántico fraterno y colmado de luz!»
«¡Hombre, elevo hacia ti, caro desesperado,
Desde mi vítrea cárcel y mis lacres bermejos,
Un cántico fraterno y colmado de luz!»
Sé
cómo es necesario, en la ardiente colina,
Penar y sudar bajo un sol abrasador,
Para engendrar mi vida y para darme el alma;
Mas no seré contigo ingrato o criminal.
Penar y sudar bajo un sol abrasador,
Para engendrar mi vida y para darme el alma;
Mas no seré contigo ingrato o criminal.
Disfruto
de un placer inmenso cuando caigo
En la boca del hombre al que agota el trabajo,
y su cálido pecho es dulce sepultura
Que me complace más que mis frescas bodegas.
En la boca del hombre al que agota el trabajo,
y su cálido pecho es dulce sepultura
Que me complace más que mis frescas bodegas.
¿Escuchas
resonar los cantos del domingo
y gorjear la esperanza de mi jadeante seno?
De codos en la mesa y con desnudos brazos
Cantarás mis loores y feliz te hallarás;
y gorjear la esperanza de mi jadeante seno?
De codos en la mesa y con desnudos brazos
Cantarás mis loores y feliz te hallarás;
Encenderé
los ojos de tu mujer dichosa;
Devolveré a tu hijo su fuerza y sus colores,
Siendo para ese frágil atleta de la vida,
El aceite que pule del luchador los músculos.
Devolveré a tu hijo su fuerza y sus colores,
Siendo para ese frágil atleta de la vida,
El aceite que pule del luchador los músculos.
Y he
de caer en ti, vegetal ambrosía,
Raro grano que arroja el sembrador eterno,
Porque de nuestro amor nazca la poesía
Que hacia Dios se alzará como una rara flor!»
Raro grano que arroja el sembrador eterno,
Porque de nuestro amor nazca la poesía
Que hacia Dios se alzará como una rara flor!»
Charles Baudelaire
(Francia)
Coplas
del vino
Nervioso, pero sin duelo
A toda la concurrencia
Por la mala voz suplico
Perdón y condescendencia.
Con mi cara de ataúd
Y mis mariposas viejas
Yo también me hago presente
En esta solemne fiesta.
¿Hay algo, pregunto yo
Más noble que una botella
De vino bien conversado
Entre dos almas gemelas?
El vino tiene un poder
Que admira y que desconcierta
Transmuta la nieve en fuego
Y al fuego lo vuelve piedra.
El vino es todo, es el mar
Las botas de veinte leguas
La alfombra mágica, el sol
El loro de siete lenguas.
Algunos toman por sed
Otros por olvidar deudas
Y yo por ver lagartijas
Y sapos en las estrellas.
El hombre que no se bebe
Su copa sanguinolenta
No puede ser, creo yo
Cristiano de buena cepa.
El vino puede tomarse
En lata, cristal o greda
Pero es mejor en copihue
En fucsia o en azucena.
El pobre toma su trago
Para compensar las deudas
Que no se pueden pagar
Con lágrimas ni con huelgas.
Si me dieran a elegir
Entre diamantes y perlas
Yo elegiría un racimo
De uvas blancas y negras.
El ciego con una copa
Ve chispas y ve centellas
Y el cojo de nacimiento
Se pone a bailar la cueca.
El vino cuando se bebe
Con inspiración sincera
Sólo puede compararse
Al beso de una doncella.
Por todo lo cual levanto
Mi copa al sol de la noche
Y bebo el vino sagrado
Que hermana los corazones.
A toda la concurrencia
Por la mala voz suplico
Perdón y condescendencia.
Con mi cara de ataúd
Y mis mariposas viejas
Yo también me hago presente
En esta solemne fiesta.
¿Hay algo, pregunto yo
Más noble que una botella
De vino bien conversado
Entre dos almas gemelas?
El vino tiene un poder
Que admira y que desconcierta
Transmuta la nieve en fuego
Y al fuego lo vuelve piedra.
El vino es todo, es el mar
Las botas de veinte leguas
La alfombra mágica, el sol
El loro de siete lenguas.
Algunos toman por sed
Otros por olvidar deudas
Y yo por ver lagartijas
Y sapos en las estrellas.
El hombre que no se bebe
Su copa sanguinolenta
No puede ser, creo yo
Cristiano de buena cepa.
El vino puede tomarse
En lata, cristal o greda
Pero es mejor en copihue
En fucsia o en azucena.
El pobre toma su trago
Para compensar las deudas
Que no se pueden pagar
Con lágrimas ni con huelgas.
Si me dieran a elegir
Entre diamantes y perlas
Yo elegiría un racimo
De uvas blancas y negras.
El ciego con una copa
Ve chispas y ve centellas
Y el cojo de nacimiento
Se pone a bailar la cueca.
El vino cuando se bebe
Con inspiración sincera
Sólo puede compararse
Al beso de una doncella.
Por todo lo cual levanto
Mi copa al sol de la noche
Y bebo el vino sagrado
Que hermana los corazones.
Nicanor Parra (Chile)
Mientras bebo solo a la luz de la luna
.
Un
vaso de vino entre las flores:
bebo
solo, sin amigo que me acompañe-
Levanto
el vaso e invito la luna:
con
ella y con mi sombra seremos tres.
Pero
la luna no acostumbra beber vino,
y mi
perezosa sombra sólo sabe seguirme.
Festejemos,
con mi amiga luna y mi sombra esclava
mientras
aún es primavera.
En
las canciones que entono vibran rayos lunares;
en la
danza que ensayo mi sombra se aferra y deshace.
Los
tres juntos, antes de beber, holgábamos;
ahora,
ebrios, cada cual va por su lado.
¡Regocijémonos
muchas horas todavía,
en
nuestro festín inanimado,
para encontrarnos al fin el Río de las Nubes!
Li Po (China)
Poema
del vino.
Silencioso
en el umbral de todas las puertas
el ángel rojo del vino espera.
el ángel rojo del vino espera.
Y
espera al principio de todos los caminos,
en las más perdidas calles de lejanas ciudades,
en todos los trenes tomados de improviso,
bajo todas las viejas lunas cantadas
por los viejos poetas, con una copa en la mano.
en las más perdidas calles de lejanas ciudades,
en todos los trenes tomados de improviso,
bajo todas las viejas lunas cantadas
por los viejos poetas, con una copa en la mano.
Espera,
con la llave de las casas donde aun no hemos
llegado y que siempre esperamos ver abrirse.
con la llave de las casas donde aun no hemos
llegado y que siempre esperamos ver abrirse.
Tras
el oleaje manso de las colinas en invierno
el ángel del vino vela el sueño
de las cunas verdes de las vides que el viento mece.
el ángel del vino vela el sueño
de las cunas verdes de las vides que el viento mece.
Y
cuando lo encierran bajo tierra
su sueño de resurrección
llena la copa que alzaremos en la Fiesta
y se une al nuestro.
su sueño de resurrección
llena la copa que alzaremos en la Fiesta
y se une al nuestro.
Y de
nuevo es verano en el mundo y aparece el noble tiempo
de los pájaros contemplados por los solitarios
en las cantinas de las aldeas
y los vagabundos y los desterrados
pueden leer la escritura de las nubes y los árboles.
de los pájaros contemplados por los solitarios
en las cantinas de las aldeas
y los vagabundos y los desterrados
pueden leer la escritura de las nubes y los árboles.
Porque
han vuelto los antiguos cortejos de los
alegres dioses,
y para nosotros vuelve el día
donde la primera copa de vino llegó a nuestros labios
junto a los alimentos ofrecidos por padres y amigos
y extendidos sobre la florida mesa de la tierra
a quien bendecía la clara mirada del vino.
alegres dioses,
y para nosotros vuelve el día
donde la primera copa de vino llegó a nuestros labios
junto a los alimentos ofrecidos por padres y amigos
y extendidos sobre la florida mesa de la tierra
a quien bendecía la clara mirada del vino.
Jorge Teillier
(Chile)
Qasida Báquica
Evocando con vino
al Amado, bebimos hasta embriagarnos
cuando aún la viña estaba por crear.
cuando aún la viña estaba por crear.
De la copa, luna
llena que, cual sol, el creciente circunda...
¡Cuán copiosas surgen en su unión las estrellas!
¡Cuán copiosas surgen en su unión las estrellas!
Mas, si no fuese
por lo intenso de su perfume, a su taberna no me hubiera encaminado,
y si no fuese por su resplandor, mi imaginación no lo hubiera concebido.
y si no fuese por su resplandor, mi imaginación no lo hubiera concebido.
De él no conservo
el Tiempo sino su última bocanada,
como si al evaporarse se hubiera escondido en el seno de la mente.
como si al evaporarse se hubiera escondido en el seno de la mente.
Con sólo
mencionarlo en la tribu, las gentes se embriagan,
sin por ello acarrear la vergüenza o el pecado.
sin por ello acarrear la vergüenza o el pecado.
Ascendió desde las
entrañas de las jarras,
y en verdad sólo quedó su nombre.
y en verdad sólo quedó su nombre.
Si algún día vibra
en el ánimo de alguien,
se le apoderará la alegría, al tiempo que se le aparta el pesar.
se le apoderará la alegría, al tiempo que se le aparta el pesar.
Para que los
comensales se embriagaran,
les bastaría con contemplar el sello de su vasija.
les bastaría con contemplar el sello de su vasija.
Si salpicasen lo
que contiene, hasta empapar la tumba de un muerto,
éste recobraría su espíritu, al tiempo que su cuerpo resurgiría.
éste recobraría su espíritu, al tiempo que su cuerpo resurgiría.
Si al moribundo
dejaran a la sombra de sus viñedos,
sanaría sin duda, abandonándolo el mal.
sanaría sin duda, abandonándolo el mal.
Si al inválido
trajesen a sus bodegas, en ellas andaría;
tanto como al solo recuerdo de su sabor, el mudo hablaría.
tanto como al solo recuerdo de su sabor, el mudo hablaría.
Si se extendiera su
aroma por el Oriente,
quien perdió su olfato lo recobraría por Occidente.
quien perdió su olfato lo recobraría por Occidente.
Si al tocar la
copa, se tiñera alguien las manos,
hallaría al anochecer las estrellas en sus palmas.
hallaría al anochecer las estrellas en sus palmas.
Si en secreto se
manifestara al ciego, al día siguiente vería,
y el sordo llegaría a oír oyendo su rumor.
y el sordo llegaría a oír oyendo su rumor.
Si un grupo de
jinetes cruza la tierra de sus viñedos,
y alguien sufre una picadura mortal, nada le ocurrirá.
y alguien sufre una picadura mortal, nada le ocurrirá.
Si sobre la frente
del doliente escribe el hechicero las letras de su nombre,
hace que el dibujo le sane.
hace que el dibujo le sane.
Si en el estandarte
de un ejército su nombre es bordado,
embriaga a todos quienes bajo él marchan.
embriaga a todos quienes bajo él marchan.
Forja los
caracteres de los compañeros,
y en el abúlico infunde resolución.
y en el abúlico infunde resolución.
Hace liberal a
quien su mano la largueza desconoce,
e indulgente a quien ignora el perdón.
e indulgente a quien ignora el perdón.
Si el tonto del
pueblo besa su tapadera,
tal beso le ofrece la más preciadas virtudes.
tal beso le ofrece la más preciadas virtudes.
Dicen: “descríbelo
tú, que eres maestro en hablar de él”,
pues bien, eso hice, por estar en ello versado:
pues bien, eso hice, por estar en ello versado:
Puro, sin ser agua;
suave, sin ser aire;
luz, mas no fuego; espíritu y no cuerpo.
luz, mas no fuego; espíritu y no cuerpo.
A todo lo creado
precede eterno su discurso;
allí donde ni forma ni traza había.
allí donde ni forma ni traza había.
Gracias a sus
virtudes, y después de que el olvido lo impidiera
surgió todo cuanto existe.
surgió todo cuanto existe.
Mi espíritu fue por
el vino cautivado, hasta que fuimos uno solo,
sin que uno al otro poseyera.
sin que uno al otro poseyera.
Así como no hay
vino sin viña, Adán es mi padre,
mas, como aun sin vino viña puede haber, tal es mi madre.
mas, como aun sin vino viña puede haber, tal es mi madre.
En verdad, la
finura de las jarras depende de las virtudes que contienen,
pues éstas a aquéllas enaltecen.
pues éstas a aquéllas enaltecen.
Una vez ocurrida la
“separación”, luego de ser ambos uno
nuestros espíritus se truecan en vino y en viñas nuestras figuras.
nuestros espíritus se truecan en vino y en viñas nuestras figuras.
No hubo un “antes”
que les precediera, ni tras de el hubo un “después”
siendo ellos mismos, como es la Ley, los “antes” de cada “después”.
siendo ellos mismos, como es la Ley, los “antes” de cada “después”.
Antes de surgir el
Destino, ya su propio Destino existía
y la época de nuestros padres vino tras de él.
y la época de nuestros padres vino tras de él.
Tales son sus
bellezas, que a los fieles arrastran a celebrar
y ¡qué bien lo hacen tanto en prosa como en verso!
y ¡qué bien lo hacen tanto en prosa como en verso!
Quien aún no las
conoce se alegra al serle mencionadas,
tal como el amante de Un‘m hizo cuando evocaba tal nombre.
tal como el amante de Un‘m hizo cuando evocaba tal nombre.
Dijeron: “bebiste
el (filtro del) pecado”, a lo que respondí: ¡No!
¡Bebí sólo lo que hubiera sido pecado evitar!
¡Bebí sólo lo que hubiera sido pecado evitar!
Saludos cordiales
dimos a las gentes del monasterio.
¿Cuántos y cuánto bebisteis? —les preguntamos—, pero ellos callaron.
¿Cuántos y cuánto bebisteis? —les preguntamos—, pero ellos callaron.
Ya antes de la
infancia, habitaba en mí esa embriagadora emoción,
que me acompañará por siempre, aun cuando roídos estén mis huesos.
que me acompañará por siempre, aun cuando roídos estén mis huesos.
¡Tómalo puro, pues
yerras si deseas su mezcla!
¡Lo supremo sólo se encuentra en la blancura de los dientes del Amado!
¡Lo supremo sólo se encuentra en la blancura de los dientes del Amado!
¡Tómalo en la
taberna! Donde en su libación
melodiosas tonadas acompañan, de esas que obtienen galardón.
melodiosas tonadas acompañan, de esas que obtienen galardón.
Así como jamás mora
el vino con el pesar,
tampoco lo hace con la aflicción el canto.
tampoco lo hace con la aflicción el canto.
Si estando ebrio de
él, la vida fuese un instante,
mirarías al tiempo como a un siervo fiel, pues tú tendrías el Poder.
mirarías al tiempo como a un siervo fiel, pues tú tendrías el Poder.
No hay lugar digno
en el mundo para quien vive sobrio,
pues el saber se le escapa a quien ebrio no muere.
pues el saber se le escapa a quien ebrio no muere.
¡Que
llore pues quien desperdició su vida sin gozarle,
pues de él nada obtuvo!
pues de él nada obtuvo!
Ibn Al-Fârid
(Egipto)
Pluma abierta
Hombre
con vaso de vino
Soy el bello animal enjaulado en mis huesos.
En marfiles magníficos que celosamente me custodian.
Son mi habitación privada
donde viven mezclados
los días del futuro y pequeñas
humedades de infancia;
la memoria de algo que pasó
y volverá a repetirse:
el nombre de mi muerte.
Allí acumulo mi sed y mi alegría,
mis fatigas y asombros,
mis ropajes usados,
lenguajes como fiebres incurables
y el maravilloso amor.
Esa jaula es mi pasaporte humano,
necesario.
Mi vestidura secreta,
mi desnudez total,
desconocida.
Soy el bello animal enjaulado en mis huesos.
En marfiles magníficos que celosamente me custodian.
Son mi habitación privada
donde viven mezclados
los días del futuro y pequeñas
humedades de infancia;
la memoria de algo que pasó
y volverá a repetirse:
el nombre de mi muerte.
Allí acumulo mi sed y mi alegría,
mis fatigas y asombros,
mis ropajes usados,
lenguajes como fiebres incurables
y el maravilloso amor.
Esa jaula es mi pasaporte humano,
necesario.
Mi vestidura secreta,
mi desnudez total,
desconocida.
Rubén Vela (Argentina)
El vino
El
vino abre las venas de la nostalgia,
hurga
en los paredones nocturnos
donde
aún persiste el viejo esperma
de
las desconsolaciones.
pregunta
si han regado las plantas
en
el largo pasillo de la pensión,
desconfía
de los estudiantes de medicina
que
añoran las viejas estaciones ferroviarias,
aplastadas
por la pobreza y el tren carguero.
El
vino hace sonar las sirenas de los barcos
hundidos
en las tormentas del alma,
recrea
la espada filosa de la adolescencia
y
enciende velas a desprestigiadas estampas religiosas.
El
vino te pregunta si eres feliz, ahora.
engañado
por el dueño del látigo,
si
eres feliz, ahora, rebelde en recuperación.
El
vino hace reír a las bellas mujeres transitorias
que
inducen a creer en Dios y son ateas,
que
fingen estar hechas de sueño o de distancia
y
son de trapo.
El
vino te remite a la esperanza de ser poeta.
El
vino te provoca un largo atardecer,
cerca
del mar, con ella, a solas,
sin
preguntas,
sin
nada más que estar viviendo,
sin
saberlo,
como
la cosa más natural del mundo.
Oscar
Corbacho (Argentina)
Eclipse total
La luna se afila en una copa quebrada.
Lo que queda de la noche
se refleja en una botella de vino vacía
y una cama revuelta.
El verso se fue sin dejar huellas,
la puerta sin llave, los adioses mudos.
La luna se afila en una copa quebrada,
sangra un malbec su última palabra sin signos de cordura.
Todos los excesos
derramados sobre la vereda.
No hay juego de niño en sus ojos.
Un gabán abriga perfumes de mujer
que alguna vez fueron promesa de caricia.
Hoy una copa quebrada refleja
el
eclipse total de un hombre.
Gabriela Delgado (Argentina)
Al vino tinto
En la uva triturada por toscos
pies anida
el jugo predilecto del pesar y la broma;
la humanidad lo saca del tiempo agradecida
por su especial sabor, por su brillo y aroma.
el jugo predilecto del pesar y la broma;
la humanidad lo saca del tiempo agradecida
por su especial sabor, por su brillo y aroma.
Lo consumían muchos para animar
la vida:
el rojizo jarabe de Persia, Grecia y Roma.
Como esta sangre cierra todo tipo de herida,
hoy sin transfusión hasta el enfermo la toma.
el rojizo jarabe de Persia, Grecia y Roma.
Como esta sangre cierra todo tipo de herida,
hoy sin transfusión hasta el enfermo la toma.
Vomitada por Baco, volvió loco
a Nerón
y un “vaso de bon vino” al ilustre Berceo,
para construir un verso, sirviole de armazón.
y un “vaso de bon vino” al ilustre Berceo,
para construir un verso, sirviole de armazón.
Hace que a más de un bardo,
cautivo del meneo
de la pluma, le salgan rimas en aluvión
y entre sorbos navegue contra viento y mareo.
de la pluma, le salgan rimas en aluvión
y entre sorbos navegue contra viento y mareo.
Antonio
Macías Luna (España)
Vino rojo
He renacido.
Comienzo por balbucear,
por renombrar las cosas.
Traigo en las venas tu rojo vino,
ese abismo que se para se mide en tiempo.
Tu mirada es un búcaro de miel
cuando me mira
tu voz es manantial, ternura que me inventa,
y este dolor que punza nostalgia de ti se llama.
No necesito más palabras.
Tus manos, musicales flores.
tus besos, fulgor en mi navío.
Mi penumbra ávida por tu sexo tiembla;
Tu entrega, calor que me mantiene húmeda.
He renacido.
Comienzo por balbucear,
por renombrar las cosas.
Traigo en las venas tu rojo vino,
ese abismo que se para se mide en tiempo.
Tu mirada es un búcaro de miel
cuando me mira
tu voz es manantial, ternura que me inventa,
y este dolor que punza nostalgia de ti se llama.
No necesito más palabras.
Tus manos, musicales flores.
tus besos, fulgor en mi navío.
Mi penumbra ávida por tu sexo tiembla;
Tu entrega, calor que me mantiene húmeda.
Lina Zerón (México)
El vino enamorado
He muerto, amor, y muerto me reencarné en tu vino.
Bebéte vos mi cuerpo, renaceré en tu aorta.
Qué sobrehumanamente, por Dios, ya muerto y vivo
te esperará mi espectro caliente en cada copa.
Regreso de la nada trajeado de racimos,
tangueando entre los duendes de la bodega absorta,
allí donde los dioses lo encurdan al destino
y aprendo a ser tu vino, de pie sobre tu boca.
No me llorés, no ves que voy contigo,
varón de alcohol disuelto tras tu piel,
fiebre en tus éxtasis y mismo en tus desvelos,
no llorés, que así te quiero
como nadie quiso antes.
No me llorés, bebéme!, soy tu vino
y con mi cuerpo innumerable te amaré,
pájaro líquido en la cumbre de tu carne,
ya somos uno, mi amor, besáme.
De vino soy, de vino fanático de vida,
revivo por la hermosa catástrofe de amarte,
ya muerto y muerto te amo chorreando amor, querida,
qué escándalo de labios que voy a provocarte.
Nos barajó el misterio, la dicha que no había
de fermentarme entero y ser tu mar de amantes,
desciendo a tus aljibes incógnitos de mina
y embriago, una por una, las bocas de tu sangre.
Ay, amor,
renazco en vino enamorado
y, alma mía, te emborracho
de alegría.
He muerto, amor, y muerto me reencarné en tu vino.
Bebéte vos mi cuerpo, renaceré en tu aorta.
Qué sobrehumanamente, por Dios, ya muerto y vivo
te esperará mi espectro caliente en cada copa.
Regreso de la nada trajeado de racimos,
tangueando entre los duendes de la bodega absorta,
allí donde los dioses lo encurdan al destino
y aprendo a ser tu vino, de pie sobre tu boca.
No me llorés, no ves que voy contigo,
varón de alcohol disuelto tras tu piel,
fiebre en tus éxtasis y mismo en tus desvelos,
no llorés, que así te quiero
como nadie quiso antes.
No me llorés, bebéme!, soy tu vino
y con mi cuerpo innumerable te amaré,
pájaro líquido en la cumbre de tu carne,
ya somos uno, mi amor, besáme.
De vino soy, de vino fanático de vida,
revivo por la hermosa catástrofe de amarte,
ya muerto y muerto te amo chorreando amor, querida,
qué escándalo de labios que voy a provocarte.
Nos barajó el misterio, la dicha que no había
de fermentarme entero y ser tu mar de amantes,
desciendo a tus aljibes incógnitos de mina
y embriago, una por una, las bocas de tu sangre.
Ay, amor,
renazco en vino enamorado
y, alma mía, te emborracho
de alegría.
Horacio
Ferrer (Uruguay)
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