viernes, 15 de agosto de 2014

REUNN DE VOCES®
Revista literaria virtual Nº 27

Editorial

Llega la hora de la mentira.
¿Cuanto hay de verdad, cuanto de mentira en cada palabra, en cada gesto?
El hombre y sus máscaras  carcome el alma con sus “verdades”.
Nos disgregamos nosotros mismos comprando aquello que necesitamos escuchar.
Justamente hoy, pensaba en tanta escenografía de cartón, en tanto abrazo que en su fondo conlleva solo interés, en tantos falsos “te quiero”, en tantas promesas vanas, en tanta apariencia o en tanta cáscara detrás de la cual solo hay ambición de poder. Tanto egoísmo dando vueltas disfrazado de prójimo.
Y también pensaba en el daño que nos ocasiona a cada uno de nosotros.
Muchas veces me pregunto como vuelcan en la poesía la mentira, aquellos que tienen ese “tercer” ojo y que se permiten mirar el tema de una forma distinta.
Los invito a pasear por esos versos, tan tangibles como la realidad misma.
                                                            
                                                                     Gabriela Delgado

LA MENTIRA


Los clásicos


Mentira

Mentira. Si lo hacía de engaños, 
y nada más. Ya está. De otro modo, 
también tú vas a ver 
cuánto va a dolerme el haber sido así. 

Mentira. Calla. 
Ya está bien. 
Como otras veces tú me haces esto mismo, 
pero yo también he sido así. 

A mí, que había tanto atisbado si de veras 
llorabas, 
ya que otras veces sólo te quedaste 
en tus dulces pucheros, 
a mí, que ni soñé que los creyeses, 
me ganaron tus lágrimas. 
Ya está. 

Mas ya lo sabes: todo fue mentira. 
Y si sigues llorando, bueno, pues! 
Otra vez ni he de verte cuando juegues.

Cesar Vallejo (Perú)




Si la verdad se vuelve una mentira...

Si la verdad se vuelve una mentira,
si se vuelve dolor la dicha aviesa,
si se vuelve alegría la tristeza
con sus falsas promesas cuando expira,

si la virtud a la cual en vano aspira
mi vida frustra la habitual promesa,
si el corazón de odio o de amor me pesa
y al helarse cual mármol, aún suspira.

Si no pude enmendarme al recibir
la ingratitud de los que más he amado
ni pude ensombrecerme al eximir

de mi cariño a los que me han colmado,
será porque los dioses me han herido
del inocente horror de haber nacido.

                                    Silvina Ocampo (Argentina)



Letania

Para los niños
mentiras.
Para el amor
mentiras.
Para los amigos
mentiras.
Para los clientes
mentiras.

Mentiras gordas o finas,
firmes o tiernas -juramentos, besos-;
vivas -cual sangre fresca-;
sabias, agradecidas.
Trolas y patrañas.
Medias mentiras.

Y mentiras históricas
que hoy achacamos a los mentirosos bisabuelos.
Mentiras literarias
-en cada verso, dos mentiras-.
Mentiras metafísicas
-el ser y el tiempo ¡rediez!-.
Mentiras técnicas, científicas:
cifras que se vuelven máquinas
y máquinas que mienten
cual leyendas locas.

Y mentiras de fe,
que son la triste gran misericordia
del cielo para los sufrientes
y míseros de la tierra;
altas mentiras fabulosas
que un día, no sé cómo,
dicen, serán certezas
(gracias, Señor, por adelantado,
a cuenta sin garantías,
por si así fuese.
¡Amén, amén, Señor!
Señor, ¿oyes el grito?

¡Para que la muerte, al rematarnos, mienta!)

                                             Pere Quart (Joan Oliver) (España)



En esta noche, en este mundo
A Martha Isabel Moia

en esta noche en este mundo
las palabras del sueño de la infancia de la muerte
nunca es eso lo que uno quiere decir
la lengua natal castra
la lengua es un órgano de conocimiento
del fracaso de todo poema
castrado por su propia lengua
que es el órgano de la re-creación
del re-conocimiento
pero no el de la resurrección
de algo a modo de negación
de mi horizonte de maldoror con su perro
y nada es promesa
entre lo decible
que equivale a mentir
(todo lo que se puede decir es mentira)
el resto es silencio
sólo que el silencio no existe
no
las palabras
no hacen el amor
hacen la ausencia
si digo agua ¿beberé?
si digo pan ¿comeré?
en esta noche en este mundo
extraordinario silencio el de esta noche
lo que pasa con el alma es que no se ve
lo que pasa con la mente es que no se ve
lo que pasa con el espíritu es que no se ve
¿de dónde viene esta conspiración de invisibilidades?
ninguna palabra es visible
sombras
recintos viscosos donde se oculta
la piedra de la locura
corredores negros
los he recorrido todos
¡oh quédate un poco más entre nosotros!
mi persona está herida
mi primera persona del singular
escribo como quien con un cuchillo alzado en la oscuridad
escribo como estoy diciendo
la sinceridad absoluta continuaría siendo
lo imposible
¡oh quédate un poco más entre nosotros!
los deterioros de las palabras
deshabitando el palacio del lenguaje
el conocimiento entre las piernas
¿qué hiciste del don del sexo?
oh mis muertos
me los comí me atraganté
no puedo más de no poder más
palabras embozadas
todo se desliza
hacia la negra licuefacción
y el perro de maldoror
en esta noche en este mundo
donde todo es posible
salvo
el poema
hablo
sabiendo que no se trata de eso
siempre no se trata de eso
oh ayúdame a escribir el poema más prescindible
el que no sirva ni para
ser inservible
ayúdame a escribir palabras
en esta noche en este mundo.

                                           Alejandra Pizarnik (Argentina)


Esta ciudad es de mentira

No puede ser.
Esta ciudad es de mentira.
No puede ser que las palmeras se doblen
a acariciar la crin de los caballos
y los ojos de las putas sean tiernos
como los de una Venus de Lucas Cranach
no puede ser que el viento levante las polleras
y que todas las piernas sean lindas
y que los consejales vayan en bicicleta
del otoño al verano y viceversa.
No puede ser.
Esta ciudad es de mentira.
No puede ser que nadie sienta rubor de mi pereza
y los suspiros me entusiasmen tanto como los hurras
y pueda escupir con inocencia y alegría
no ya en el retrato sino en un señor
no puede ser que cada azotea con antenas
encuentre al fin su rayo justiciero y puntual
y los suicidas miren el abismo y se arrojen
como desde un recuerdo a una piscina.

No puede ser.
Esta ciudad es de mentira.
No puede ser que las brujas sonrían a quemarropa
y que mi insomnio cruja como un hueso
y el subjefe y el jefe de policía lloren
como un sauce y un cocodrilo respectivamente
no puede ser que yo esté corrigiendo las pruebas
de mi propio elogiosísimo obituario
y la ambulancia avance sin hacerse notar
y las campanas suenen sólo como campanas.

No puede ser.
Esta ciudad es de mentira.
O es de verdad
y entonces
está bien
que me encierren.
                                     Mario Benedetti (Uruguay)


Verdad. Mentira

Dineros son calidad
¡Verdad!
Más ama quien más suspira
¡Mentira!

Cruzados hacen cruzados,
Escudos pintan escudos,
Y tahúres muy desnudos
Con dados ganan condados;
Ducados dejan ducados,
Y coronas majestad,
¡Verdad!

Pensar que uno sólo es dueño
De puerta de muchas llaves,
Y afirmar que penas graves
Las paga un mirar risueño,
Y entender que no son sueño
Las promesas de Marfira,
¡Mentira!

Todo se vende este día,
Todo el dinero lo iguala;
La corte vende su gala,
La guerra su valentía;
Hasta la sabiduría
Vende la Universidad,
¡Verdad!

En Valencia muy preñada
Y muy doncella en Madrid,
Cebolla en Valladolid
Y en Toledo mermelada,
Puerta de Elvira en Granada
Y en Sevilla doña Elvira,
¡Mentira!

No hay persona que hablar deje
Al necesitado en plaza;
Todo el mundo le es mordaza,
Aunque él por señas se queje;
Que tiene cara de hereje
Y aun fe la necesidad,
¡Verdad!

Siendo como un algodón,
Nos jura que es como un hueso,
Y quiere probarnos eso
Con que es su cuello almidón,
Goma su copete, y son
Sus bigotes alquitira
¡Mentira!

Cualquiera que pleitos trata,
Aunque sean sin razón,
Deje el río Marañón,
Y entre el río de la Plata;
Que hallará corriente grata
Y puerto de claridad
¡Verdad!

Siembra en una artesa berros
La madre, y sus hijas todas
Son perras de muchas bodas
Y bodas de muchos perros;
Y sus yernos rompen hierros
En la toma de Algecira,
¡Mentira!

Luis de Góngora (España)


Despecho

¡Ah, qué estoy cansada! Me he reido tanto,
tanto, que a mis ojos ha asomado el llanto;
tanto, que este rictus que contrae mi boca
es un rastro extraño de mi risa loca.

Tanto, que esta intensa palidez que tengo
(como en los retratos de viejo abolengo)
es por la fatiga de la loca risa
que en todo mi cuerpo su sopor desliza.

¡Ah, qué estoy cansada! Déjame que duerma;
pues, como la angustia, la alegría enferma.
¡Qué rara ocurrencia decir que estoy triste!
¿Cuándo más alegre que ahora me viste?

¡Mentira! No tengo ni dudas, ni celos,
Ni inquietud, ni angustias, ni penas, ni anhelos,
Si brilla en mis ojos la humedad del llanto,
es por el esfuerzo de reírme tanto...

Juana de Ibarbourou (Uruguay)


Pluma abierta

Es Mentira


Es mentira que sepa lo que quiero,
es mentira que cante por cantar,
es mentira que que sea mejor torero
con toros de verdad.
Es mentira que no tenga ambiciones,
es mentira que crezca mi nariz,
es mentira que escribo las canciones
de amor pensando en tí.
Te digo que… es mentira que fuí ladrón de bancos,
es mentira que no lo vuelva a ser,
es mentira que nos quisímos tanto
(parece que fue ayer).
Te juro que… es mentira los Reyes son los padres,
es mentira que ha muerto el rocanrol;
es mentira que sepan a vinagre
los besos sin amor.
Para mentiras las de la realidad
promete todo pero nada te da,
yo nunca de mentí
más que por verte reir.
Menos piadosas que las del corazón
son las mentiras de la diosa razón,
yo solo te conté media verdad al revés
(que no es igual que media mentira).
Es mentira que no tenga enemigos,
es mentira que no tengan razón;
es mentira que acepte que el ombligo
del mundo no soy yo.
Es mentira que nunca te he mentido,
es mentira que no te mienta más;
es mentira que un bulo repetido
merezca ser verdad.
Es una gran mentira que mientan los boleros;
non e vero que nos dieran las diez;
es mentira que sea un caballero
cuando nadie me ve.
Repito que… es mentira el cristal con que me miras;
es mentira que dude de dudar;
es mentira que más de cien mentiras
no digan la verdad.
Para mentiras las de la realidad
promete todo pero nada te da,
yo nunca de mentí
más que por verte reir.
Menos piadosas que las del corazón
son las mentiras de la diosa razón,
yo solo te conté media verdad al revés
(que no es igual que media mentira).
Mejor que yo miente la necesidad;
sabe de sobra como hacerte llorar;
mi crimen fue vestir
de azul al príncipe gris.
Mira las piernas de la desolación,
llevan las medias que rompió la pasión;
yo sólo canto en blues
del que perdió el autobús.
Los sueños dicen la verdad corazón;
dímelo todo, miénteme, por favor;
yo sólo pretendí
comer reina con alfil.
Pídele cuentas a la pura verdad
que no se pringa, que no tiene piedad;
yo sólo me colgué
medallas que no gané.

                                                Joaquín Sabina (España)


Descripción de la mentira

El óxido se posó en mi lengua como el sabor de una desaparición.
El olvido entró en mi lengua y no tuve otra conducta que el olvido,
y no acepté otro valor que la imposibilidad.

Como un barco calcificado en un país del que se ha retirado el mar,
escuché la huida de los insectos y la retracción de la sombra al ingresar en lo que queda de mí;
escuché hasta que la verdad dejó de existir en el espacio y en mi espíritu,
y no pude resistir la perfección del silencio.

                                           Antonio Gamoneda (España)


Mentira yo 

Mentira... quizás lo nuestro es una mentira,
y la luz de tus ojos sea un invento
de mi necesidad de vida, de momentos,
un capricho, una ilusión... una mentira...

Mentira que entre los dos haya un universo
donde habían dos desiertos... sin vida...
donde hoy se mecen ríos como profundos besos
y llueven sueños tantos... como sonrisas.

Mentira que tu mano se tienda sobre la mía
y que te tomen plena mis brazos, y sean guarida,
y reposen en tu voz mis miedos, mis caídas,
y descanse en tu pecho mi fe, mi fantasía.

Mentira... quizás lo nuestro es una mentira,
pero más verdad que el mundo y el sol que nos abriga,
y más cierto que el mar que hemos visto juntos
donde el placer nos dio siempre un bello amanecer... amiga.

¡Mentira! Quizás lo nuestro sea mentira,
pero dudaré aún más del aire que respiro día a día,
y de las flores que te di porque te quería...
mentira los versos, las cartas, la poesía...

Y el amanecer y el anochecer serían mentiras
porque en ellos te amé desnuda y fuiste sólo mía,
y aún más mentira yo porque te amé sin medida...
y no concibo ya vivir sin tu querer... amante amiga.

                                                       Beto Aveiga  (Ecuador)


La verdad de la mentira

Al lector se le llenaron de pronto los ojos de lágrimas,
y una voz cariñosa le susurró al oído:
-¿Por qué lloras, si todo
en ese libro es de mentira?
Y él respondió:
                    -Lo sé;
pero lo que yo siento es de verdad.

Ángel González (España)


Dame una mentira

Dame una mentira enorme, que haga temblar los pulsos de la edad
con su pisada grave y significativa,
que espante de mí los pájaros negros y los gusanos
que cosecho sin proponérmelo en la dársena del miedo
y se las arregle para hacerme creer que el hombre puede salir de sí,
ser uno con la mujer y amarla sin destruirse.
Algo que dure un momento y venga de tus labios,
para que yo me esconda y los altivos y los necios no me vean.
Detrás de esos frágiles decorados vivirá feliz y pequeñito,
lejos del tedio y de los ojos que escrutan en la noche.
Sin miedo al silencio y a las fieras,
luego que la mentira fuese pronunciada,
como por un hechizo efímero correrían los talones del infortunio
y ni él, ni la miseria, pescarían ya nada en mis sentidos embotados.
La angustia del hombre ardería como bruja-fénix
y estos ojos y estas pobres manos que rezan sin llegar
al rabo de Dios en las alturas, arrojarían al suelo,
deshecho, el viejo corazón de la amargura,
contentos en su careta nueva.
Dame una mentira enorme,
que haga girar al revés el tiempo en los relojes
y arrúllame en ella,
hasta que en mis labios aparezca
la helada sonrisa del idiota.

Luis Benítez (Argentina)


Día de calma

Quien no quiso caer en la mentira,
no sea injusto desde la verdad.
Repítelo. En un día de calma.
Aunque la mar extienda sus castigos
y el golpe solitario de los remos
se pierda entre la espuma,
como se pierde el último destello de una mano,
quiero que lo repitas: es un día de calma.
Repite que es mentira
todo lo que parece sucederte,
que las manos deshechas son mentira
y no temes el viento,
ni existen los abismos en el agua,
ni la respiración entrecortada.
Porque la piel del labio
siente una quemadura de sal y se parecen
sus latidos al odio demasiado,
repite que no sientes sus latidos.

Ya que todo se mueve, ya que el tiempo
bajo los pies se descompone y cae,
regresa hasta el lugar donde las huellas
forman parte de ti
                                como un destino
de arena que resiste en algún sitio
detrás de la ola.
¿A qué memoria perteneces? Vuelve.

Una ciudad al Sur, un gabinete
de balcones abiertos enfrente de los plátanos.
Sigues leyendo, sabes
los libros que son tuyos. Para ti las miradas
de cristal y los barcos
que navegan con pecho adolescente.
Es un día de calma.
Quiero que lo repitas desde allí,
allí, para que grabes
en la madera limpia de tus remos:
Quien no quiso caer en la mentira,
no sea injusto desde la verdad.

                                                Luis García Montero (España)

Trueno

La palabra me traga en su mentira.
Llueve silencio.
Empantanadas las letras
gritan su idioma dislocado.
Imprecisas garabatean
lícitas palabras.
No hay indulto
para el grito rebelde
que ensordece.

Trueno del infierno.

                                            Gabriela Delgado (Argentina)