sábado, 22 de noviembre de 2014

REUNN DE VOCES®

Revista literaria virtual Nº 30


Editorial

Festejo 30 meses consecutivos de Reunión de Voces, esta realidad que fue por mucho tiempo un sueño. Un sueño como tantos otros, esos que son el motor de la vida, que la condimentan, que le ponen alas.
Sinónimo de proyectos, deseos, ideales, aspiraciones, ambiciones, anhelos, fantasías, utopías, quimeras, visiones, los sueños han construido el mundo.
Uno va por la vida buscando indicios que nos lleven hacia ellos.
Vamos conquistando, de su mano, el día a día, nos vamos superando como hombres con esa cuota de imaginación, tan propia de nuestra especie.
Superamos las rocas que nos ofrece el camino.
Casi sorprendidos, hacemos de lo imposible, lo posible.
¿Quien sino los poetas para ponerle voz a los sueños?  
Decía Pedro Calderón de la Barca: “Que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
Soñemos juntos estos maravillosos poemas.
                                                                     Gabriela Delgado


LOS SUEÑOS



Los clásicos


El sueño


Si el sueño fuera (como dicen) una 
tregua, un puro reposo de la mente, 
¿por qué, si te despiertan bruscamente, 
sientes que te han robado una fortuna? 

¿Por qué es tan triste madrugar? La hora 
nos despoja de un don inconcebible, 
tan íntimo que sólo es traducible 
en un sopor que la vigilia dora 

de sueños, que bien pueden ser reflejos 
truncos de los tesoros de la sombra, 
de un orbe intemporal que no se nombra 

y que el día deforma en sus espejos. 
¿Quién serás esta noche en el oscuro 
sueño, del otro lado de su muro?

                                        Jorge Luis Borges (Argentina)



Un sueño
¡Recibe en la frente este beso!
Y, por librarme de un peso
antes de partir, confieso
que acertaste si creías
que han sido un sueño mis días;
¿Pero es acaso menos grave
que la esperanza se acabe
de noche o a pleno sol,
con o sin una visión?
Hasta nuestro último empeño
es sólo un sueño dentro de un sueno.

Frente a la mar rugiente
que castiga esta rompiente
tengo en la palma apretada
granos de arena dorada.
¡Son pocos! Y en un momento
se me escurren y yo siento
surgir en mí este lamento:
¡Oh Dios! ¿Por qué no puedo
retenerlos en mis dedos?
¡Oh Dios! ¡Si yo pudiera
salvar uno de la marea!
¿Hasta nuestro último empeño
es sólo un sueño dentro de un sueño?
Edgar Alan Poe (Estados Unidos)



Sueño
XV
                                 A María Delgado Rodas

...Sueño que fuiste impulso de mi latido,
y alas en mi anhelar:
Te mata la vida que nutriste,
como la flor el fruto nacido de sus galas.

Afán que me hechizaste de tan triste,
pensamiento clavado
en mis frágiles pulsos; estilete sutil:
a esa punta que hincaste pereces, traspasado.
Loco sueño disuelto en mi sangre febril:
¡esa sangre te ahoga!
...Morir te miro, ensueño
que fue yo toda -como fue tronco toda hoguera,
y charco toda nube- en un trasvasamiento
imperceptible, blando, como un deshojamiento de rosa,
en un temblor de atravesada mariposa.

Morir te miro, ensueño,
como el árbol mirara arder el vicio leño
cortado de su rama, o pudrirse la hoja

de cuyo muerto libre saldrá la yema roja.
Morir te miro, ensueño,
y tu postrer tristeza es ya casi alegría,
¡y tu último suspiro es ya casi esperanza!

...Hoja muerta, que vuelves a la tierra madura:
¿en qué capullo nuevo, húmedo de ternura,
renacerás mañana, ensueño en agonía...?

Fuimos, en sueños compañeros
Fuimos, en sueños, compañeros:
la vigilia no nos unió.
¡Sólo en los sueños traicioneros
su pie a mi paso se ajustó!

Labios gemelos en el ansia:
¡no unisteis nunca vuestro ardor!
Pupilas, astros de constancia:
¡nunca rimasteis un fulgor!

Jamás la diestras se estrecharon;
los labios sedientos no hablaron;
pero el juramento existió.

Nunca las bocas se besaron;
¡de los besos que no quemaron,
brasa fue el doble corazón!
                                 Josefina Plá (España / Paraguay)



La vida es sueño

Es verdad, pues: reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña,
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe
y en cenizas le convierte
la muerte (¡desdicha fuerte!):
¡que hay quien intente reinar
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí,
destas prisiones cargado;
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

                                              Pedro Calderón de la Barca (España)



El Sueño

¿Qué sueñas? ¿Sueñas? ¿Qué buscan
-palabras, besos-
tus labios que se te mueven,
dormido rezo?
Si sueñas que estás conmigo,
no es sólo sueño;
lo que te acuna y te mece
soy yo, es mi pecho.
Despacio, brisas, despacio,
que tiene sueño.
Mundo sonoro que rondas,
hazte silencio,
que está durmiendo mi niña,
que está durmiendo
al compás que de los suyos
copia mi pecho.
Que cuando se me despierte
buscando el cielo,
encuentre arriba mis ojos
limpios y abiertos.
Gerardo Diego (España)


Era un niño que soñaba
I

Era un niño que soñaba
un caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio.
Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;
y por la crin lo cogía...
¡Ahora no te escaparás!
Apenas lo hubo cogido,
el niño se despertó.
Tenía el puño cerrado.
¡El caballito voló!
Quedóse el niño muy serio
pensando que no e
s verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.
Pero el niño se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor,
y a su amada le decía:
¿Tú eres de verdad o no?
Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba: Todo es soñar,
el caballito soñado
y el caballo de verdad.
Y cuando vino la muerte,
el viejo a su corazón
preguntaba: ¿Tú eres sueño?
¡Quién sabe si despertó!

                                                          Antonio Machado (España)



Nota XII

los sueños rotos por la realidad
los compañeros rotos por la realidad/
los sueños de los compañeros rotos
¿están verdaderamente rotos/perdidos/nada/

se pudren bajo tierra?/¿su rota luz
diseminada a pedacitos bajo tierra?/¿alguna vez
los pedacitos se van a juntar?
¿va a haber la fiesta de los pedacitos que se
reúnen?

y los pedacitos de los compañeros/¿alguna vez
se juntarán?
¿caminan bajo tierra para juntarse un día
como dice manuel?/¿se
juntarán un día?
de esos amados pedacitos está hecha nuestra
concreta soledad/
per/dimos la suavidad de paco/la tristeza de
haroldo/la lucidez de rodolfo/
el coraje de tantos

ahora son pedacitos desparramados bajo todo
el país
hojitas caídas del fervor/la esperanza/la fe/
pedacitos que fueron alegría/combate/
confianza
en sueños/sueños/sueños/ sueños/

y los pedacitos rotos del sueño/¿se juntarán
alguna vez?
¿se juntarán algún día/pedacitos?
¿están diciendo que los enganchemos al tejido
del sueño general?
¿están diciendo que soñemos mejor?

                                                   Juan Gelman (Argentina)



¿Quién soñó que la belleza pasa como un sueño?

¿Quién soñó que la belleza pasa como un sueño?
Por estos labios rojos, con todo su triste orgullo,
tan tristes ya, que ninguna maravilla pueden presagiar,
Troya se nos fue con destello fúnebre y violento
y murieron los hijos de Usna.
Desfilamos, y desfila con nosotros el mundo atareado
entre las almas de los hombres, que se despiden y ceden su puesto
como las pálidas aguas en su glacial carrera;
bajo estrellas que pasan, espuma de los cielos,
sigue viviendo este rostro solitario.
Inclinaos, arcángeles, en vuestra sombría morada:
Antes de que existierais y antes de que ningún corazón latiera,
rendida y amable permanecía junto a su trono;
la belleza hizo que el mundo fuera una senda de hierba
para que Ella posara sus pies errantes.

                                            Willams B. Yeats (Irlanda)



Pluma abierta


Del sueño a la poesía


Un mundo de contrahechos
se esparce en la cartulina,
bordado con punta fina
como los pelos del pecho.
País en que los deshechos
son amados todavía
es la comarca sombría
donde la luz se perdona,
porque allí van las personas
del sueño a la poesía.

En un sofá diminuto
posa minúscula gente.
Unos sonríen al lente,
otros cuentan los minutos.
Bichejos de rostro enjuto
se asoman a celosías
y carroñeras arpías
prestan garras al retablo,
mientras hace redonda el diablo
del sueño a la poesía.

Un pavorreal se pasea
por un desván en penumbras
y a su paso, que deslumbra,
la oscuridad se voltea.
¿Qué transformó pluma en tea
de apariciones umbrías?
¿Qué pasión, qué melodía
tocó el corazón humano
para conducir la mano
del sueño a la poesía?

Silvio Rodríguez (Cuba)


Sueño de mujer

Sueño que vengo naciendo
Desnuda de entre la nada
Cobija sólo tengo
La neblina en la mañana.
Tenue me cubre, me inunda,
Y un rayo de sol se posa entre mi ropa soñada,
Y de mi cuello me pende
Un trozo de luna y plata.
Al mediodía me sueño con largo vestido blanco
Hecho de nube de octubre
¡ay, Dios! Y no he de mancharlo.
Y floto entre el infinito,
Por no querer ensuciarlo.
Por la tarde ¡Dios bendito!
Sueño entre una llamarada
De nube de fuego y viento,
De placer y tibieza.
¡Ay no me quiten la tarde,
ni mediodía ni noche,
si en madrugada despierto recordando algún dolor,
querré yo seguir soñando, porque soñar es mejor.

           Eaumelisa Febe Manquepillán Calfuleo (Mapuche-Williche)




Te miro dormir.
Me ofrezco ese minuto como hábito.
Sé que tus manos están blandas,
débiles,
que indefensa tu musculatura reposa
y que tus sueños se apretujarán esta noche
para asaltar nuestra cama.
Conozco los matices de tus ojos
cuando has hallado algo mejor que la vigilia.
Lagunas pálidas, mesetas pardas,
puentes azules y ventanas amarillas
se dibujan y giran por tu cuello,
viajan a tus hombros como buscando abrigo,
remontan vuelo, me circundan,
establecen un pacto con mis labios
para teñirse de tu piel.
Y en mi pecho hay tanta música en estas madrugadas,
que puedo descansar en tus mapas con sólo contemplarte,
con sólo descifrar el idioma de tus párpados,
que es el idioma perfecto.

                                                      Sebastián Olaso (Argentina)




Sueños de muchos colores
saben soñar los morenos.

A la sombra gris oscura,
bajo un blanco limonero,
almohada de verdes hojas,
se ha dormido el niño negro.

Se ve en un caballo zaino
por campos amarillentos.

Violeta el jacarandá,
azul el río, a lo lejos…
El saco marrón y lila,
verde y granate el sombrero
y una rosa color rosa
lleva en el blanco pañuelo.

Negra niña se le acerca
y le pide al niño negro
que moje en el río azul
sus rojos labios sedientos.

¡Galopa el caballo zaino
por el campo amarillento!
¡Qué celeste está la tarde
y qué celeste está el viento!

Las frescas aguas azules
mojan los labios bermejos…
Sonríe la niña negra
y sonríe el niño negro,
sonrisas de blancos dientes
y de bronceados hoyuelos.

Cantó un rojo cardenal
en el blanco limonero,
y apartando verdes hojas
se despierta el niño negro.

                                   Javier Villafañe (Argentina)



Al repartidor de sueños
se le angosta la calle
su estiba declina
perdió la confianza en los mapas.
Y en la leve pendiente del empedrado
van cayendo algunos sin dueño
también otros
                 que fueron pedidos con urgencia
Pero
el repartidor de sueños nada entiende de ellos
solamente los reparte.
Un trabajo más
como poeta, sepulturero o amante.
Y así va muriendo la tarde.
Con este sol que duele tanto entre los ojos
y la noche que amenaza
                              con volverse interminable.
                                                           Y sin sueños.

                                                            Alfredo Palacio (Argentina)



18


en mis sueños aparecía el hombre que robaba sueños
en el país del espacio ámbar vagaba solitario
transportando recipientes de discordias infinitas

había pisado umbrales erróneos
era un alquimista de ansiedades      de penumbras
de padecimientos recurrentes

en esos mismos sueños se anunciaban gaviotas de vuelos
                                                                   rasantes

imperios de murmullos        bosques de alerces

el nigromante entre los vegetales
en medio de grietas bañadas de luz

luego    un pasillo       cigarras y tréboles
un círculo     una paloma
y un pase de magia.
Isabel Krisch (Argentina)




Sombra

Lavo mi sombra
la mejor de mis sombras
la cuelgo como nadie
y vuelvo tranquilo a la cama.
Ella
equilibrista de la piel
dobla la luz
su corazón de goma
y todavía colgada se duerme de a poco.
Patalea en el aire
babea las estrellas
espera la mañana y no la espera.
Junta el abismo con sus sueños
le nacen lagañas en el alma
y el sol
no viene.
Mientras tanto
ella
se ama con el viento
besa con fuego y con piedras
dice toda la ternura
y cruje vencida.
Después
un rato después
se queda sola de nuevo
se descuelga y camina
entra en mi cuarto
atraviesa el silencio
la niebla
corre la cortina
discute con el sol.
Ella
trepadora de mis ojos
se vuelve lágrima.

                  Jonatan Márquez (Argentina)





1 comentario:

  1. Disfruté leyendo estos poemas...
    Felicitaciones por la selección tan variada

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